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On Tenterhooks
(En ascuas) |
(2019) |
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Una
serie de objetos, dibujos y un texto |
sobres
cortados, pinchapapeles, bloques de cemento |
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presentada
por primera vez en la muestra colectiva: |
(+)
Mundos (-) Imposibles |
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Curadores: |
Jorge
Cordonet, Ana Raviña y María Laura Rodríguez
Mayol |
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Artistas:
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Carolina
Andreetti, Corina Arrieta, Natalia Carrizo, Romina Casile,
Chiachio & Giannone, Mariana Collares, León Ferrari, Vera
Grión, Marcos López, Liliana Maresca, Juan Carlos Romero,
Luis Pazos, Tamara Stuby |
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Museo
Prov. de Bellas Artes Emilio Caraffa |
Córdoba,
Argentina |
en
el marco de Bienalsur |
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texto
de Tamara Stuby: |
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Hang
Out to Dry* (Dejar colgado) |
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*Modismo:
Abandonar a alguien
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desamparado
o
en peligro,
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especialmente
un compañero o
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dependiente.
Frecuentemente
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conlleva
un
elemento de traición,
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de
parte de quién
se
esperaría
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protección
o
asistencia
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--Wictionary
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¿A
qué distancia queda la calle? ¿A qué velocidad se cae hasta
allí? Hay una paradoja, tragedia o crimen que pasa en la vereda,
donde una vida se vuelve invisible a la vista de todo el mundo.
Nadie sabe quienes son, ni cuántos, de dónde vienen; nadie
pregunta sexo, edad, signo, color preferido, canción favorita,
etc. Esta forma torcida de privacidad (por desinterés) describe
por inversión la insaciable voracidad por datos que arrasa
a los que aún se encuentran puertas adentro, bajo techo y
conectados, en el seno del sistema. La más mínima chispita
de interés exhibida por una persona en respuesta a algo es
buscada, registrada y procesada. |
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Una
vez en la calle, uno deja de ser seguido por los mineros de
datos, pero empieza a ser perseguido por los agentes de control.
Una persona suelta representa un peligro. Un radical libre.
Al no estar encapsulado en una caja (fija), al no tener nada
(para sacar o para perder), las miradas inquisitivas se desvían,
y los hilos de marioneta se cortan, ya que la manipulación
pierde rédito. |
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En
ese sentido, la casa ha sido transformada en un artefacto
de retención, una aspiradora de datos, un extractor de valores,
facilitador de extorsión, celda de exposición. Es el andamiaje
de la electricidad, el gas, el agua, la conexión a internet
y el cable. Los servicios ya están adentro, los sobres entran
con un siseo de serpiente debajo de la puerta cerrada con
llave. La seguridad perimetral no protege contra su contenido;
te pueden hacer pasar frío, calor, aislamiento, sed o inmundicia
por control remoto, sólo aumentando un número y avanzando
sin prisa, sin pausa hasta llegar al corte. Cortar, incluido
algo esencial, no se considera un hecho violento; es cosa
de legales, como la "libra de carne" de la cual pareciera
que nos hubiéramos olvidado. |
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Curiosamente,
casi corremos a abrir la puerta, ansiosos de dar, de achicarnos,
de ceder el manejo de nuestros finitos recursos a manos ajenas.
Tragamos la conveniencia del débito automático sin ni siquiera
un hipo. Creemos que "más fácil" nos toca a nosotros, no que
beneficia a ellos. Conocemos bien el cuento de la sábana corta,
pero pensamos -o nos dejamos convencer o seducir- que el recorte,
presentado como la única acción posible, podría generar más
de algo. Nos dejamos llevar contra la lógica, la historia
y la ciencia. |
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Desde
el lado de los proveedores de los servicios, el razonamiento
y el mecanismo están bastante claros. Me trae a la mente un
ejemplo de la naturaleza: el llamado coloquialmente "pájaro
carnicero", en inglés Butcherbird ó Loggerhead Shrike,
es un pajarito que mata a sus víctimas (que incluyen insectos,
pequeños mamíferos y anfibios y hasta otros pajaritos) y los
empala sobre espinas, guardándolos para ir consumiéndolos
de a poquito, en una suerte de débito automático de la naturaleza. |
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De
nuestro lado, sólo se me ocurre el caleidoscopio. Mi abuelo
hizo uno de cartón (lo guardo todavía), y siempre me fascinaba,
por el enigma. Es un objeto sumamente hipnotizante, y su magia
no disminuye un ápice con el conocimiento de cómo funciona.
Resulta imposible resistir su invitación a mirar y hacerlo
girar, y terminamos cautivados por mano propia. ¿El secreto?
Gradualismo: el movimiento lento, circular y sin parar es
lo que genera la ilusión de cambio, de crecimiento, de transformación
infinita. Sí, sabemos que se trata de pedacitos rotos en caída
perpetua, vistos desde una óptica muy limitada, y que la maravilla
desaparece al levantar la vista. ¿Pero quién quiere apartar
el ojo, si significa quedarse sólo con un tubito de cartón
y una ínfima pila de basura? Seguimos, entonces, en esa oscuridad.
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